La mayoría de las personas solemos quejarnos de todo lo que nos acontece y no nos gusta. Ya, el pueblo de Israel lo hizo cuando acababan de ser liberados de la esclavitud que sufrían en Egipto y tenían que haberse mostrado agradecidos porque Dios los libró por medio de su siervo Moisés. Sin embargo, los israelitas murmuraban contra Moisés y su hermano Aarón añorando los tiempos de la esclavitud. Pero en lugar de ello empezaron a quejarse a Moisés y a Aarón: “…y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por la mano de Jehová en la tierra de Egipto…,” Éxodo 16:3.
En el capítulo de Éxodo 17 comprobamos cómo las quejas de los israelitas aumentan y vemos cómo realmente estaban enfadados con Dios porque sus quejas no eran realmente contra Moisés Lo que ocurre que hablaban mal de Moisés porque éste era el instrumento que Dios utilizó para sacarlos de la tierra de Egipto y Él no les estaba respondiendo como ellos querían.
Muchas veces nos comportamos como el pueblo de Israel y nos quejamos de todo. Particularmente, lo digo por mí misma. Yo tenía unas expectativas que no se han cumplido y eso me hace, inevitablemente, que me queje continuamente cuando veo que no puedo controlar la situación. Me cuestiono si Dios en realidad está conmigo como el pueblo de Dios se preguntaba si estaba con ellos … Y llamó a aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no? Éxodo 17:7.
Sé que no debería de ser así, que tengo que depositar mi confianza entera en Dios como el pueblo de Israel tenía que haberlo hecho cuando Dios les demostró su poder liberándolos del yugo egipcio. Pero, yo como los israelitas soy una hija rebelde y dura de cerviz. No doy gracias a Dios lo suficiente por lo bueno que tengo en mi vida, ya que cuestiono el motivo por el que no me responde cómo espero. Sólo me queda que esforzarme para ser más agradecida y rogar a Dios que me ayude a sobrellevar todas las situaciones que me acontecen, que nunca había pensado que me sucederían para poder ser digna de llamarme hija suya.
Celia Naranjo