Dormí y soñé que la vida era alegría, desperté y vi que la vida era servicio, serví y vi que el servicio era alegría” (Rabindranath Tagore, poeta bengalí) Hoy es el primer día del año, y ya tenemos un empacho por la comida de las fiestas y… ¡una flamante nueva lista de propósitos! Más llena que la del año 2016, pero mucho más vacía de lo que estará la del 2018. ¿Qué se le va a hacer? Nos gustan los retos.
Ahora viene la pregunta: ¿cuántos de esos 2017 propósitos van destinados a algo para los demás? La vida es servicio, darse al prójimo, darle esperan- za en un mundo en el que reina la falta de esperanza y darles un motivo para vivir.
Mucha gente, este año, hará una lista de propósitos como la tuya y la mía. Y serán prácticamente los mismos: dejar de fumar, bajar los kilos de más, dejar alguna adicción, leer más libros, estudiar más… Y muchos de ellos se quedarán en eso, un propósito más en la lista que renovarás el año que viene.
Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. (1 Corintios 13:2).
Que no nos falte el amor este año. Que, sean cuales sean nuestros 2017 propósitos, la lista la encabece el servicio, el desvivirse por el prójimo y anteponerle. ¡Ese es el mejor propósito!