IVAN GARCIA
Comenzamos este pequeño pensamiento con una pregunta, una que quizás sea dolorosa, pero aun así real. Iglesia… ¿por qué las personas se está alejando de ti?
Gran parte de lo que viene a continuación lo tenéis en un artículo del cual os pongo al final el enlace por si a alguien le apetece leerlo al completo, aquí dejo simplemente lo más destacado.
- Tus producciones dominicales se han agotado.
El escenario, las luces, las bandas y las pantallas de video se han convertido en un ruido blanco para aquellos que realmente buscan encontrarse con Dios. Son dulces para los oídos y los ojos durante una hora, pero tienen tan poca relevancia en la vida cotidiana de las personas que más y más están pasando de ello.
Sí, las canciones son geniales y el espectáculo es genial, pero en última instancia, el domingo por la mañana no está marcando la diferencia el martes por la tarde o el jueves por la noche, cuando la gente lucha con cosas incómodas, desordenadas y dolorosas en las trincheras de su vida; lugares donde los espectáculos de rock y los sermones no ayudan.
- No puedes ver más allá de tu edificio.
La barra de café, los cómodos sillones, las luces de alta tecnología, el divertido sector infantil y el súper cool centro juvenil son excelentes… y caros. De hecho, la mayor parte de tu tiempo, dinero y energía parecieran ser para atraer a las personas a donde tú estás en lugar de llegar a las personas donde ellas ya están.
- Tu amor no parece amor.
El amor parece ser algo muy importante para ti, pero no lo encontramos a la hora de la verdad. De hecho, cada vez más, tu marca de amor pareciera ser increíblemente selectiva y decididamente estrecha; filtrando toda la chusma espiritual, que tristemente nos incluye a muchos de nosotros.
Proclamamos una fiesta que dice “Ven tal como eres”, pero una vez en la puerta, enterarnos que realmente no podemos venir como somos. En la Biblia vemos a un Jesús que se juntaba con los marginados, las prostitutas y los parias, y que los amaba allí mismo, pero ese no parece ser tu estilo.
Estas palabras pueden enfurecerte mucho, y es posible que desees defenderte o atacar estas afirmaciones, línea por línea, pero espero que no lo hagas.
Tal vez tengas razón, Iglesia.
Tal vez yo sea el problema.
Pero incluso si el problema fuese yo, soy yo a quien se supone que debes llegar, Iglesia.
Continúa rompiendo las barreras de tu comodidad, Jesús no está en una silla de tu local, ni seguirle se centra en que la mayor parte de gente que podamos se congregue un domingo en nuestro edificio. no te ofendas…. cuestiónate y haz cambios en tus prioridades.