Meditaciones 3-5-2021

1ª Samuel 1:2-10

 

Nacimiento de Samuel

 

1  Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo.
2 Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
3 Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.
4 Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte.
5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos.
6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos.
7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.
8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
9 Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,
10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.

Antes de nada, y para ponernos un poco en contexto sobre el personaje de Ana, en esto versículos podemos ver su esterilidad, cómo se burlan de ella por no poder tener hijos y lo angustiada que se siente, pero el centro de lo que quería compartiros es lo siguiente:

8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?

Aquí su marido viene a ser Dios mismo, metafóricamente claro, pero la enseñanza es clara… Podemos vermos a nosotros mismos en el papel de Ana, pidiéndole a Dios, pero ¿y si no llega eso por lo que pedimos? ¿Acaso necesitamos de todas esas cosas que cada uno pida más que de Dios? ¿Acaso Dios es menos, o no es suficiente?

Esto es el dia a dia de nuestra sociedad y su estado de bienestar. Tenemos tanto por lo que preocuparnos, tanto que perder, que es fácil estimar nuestros deseos por encima de Dios. Y claro que podemos pedirle, pero la CONFIANZA EN DIOS, es clave… venga o NO VENGA lo que hemos pedido. En el caso de Ana llegó, pero por ejemplo, en el caso del apóstol Pablo no, su aguijón en la carne persisitó.

Confianza y más confianza.

Creo que debemos dejarnos sorprender por Dios. Todavía podemos seguir soltando la cuerda mucho más, siempre mucho más. Venga lo que venga, o no venga… todo nos ayudará a crecer en El.

😉

IVAN GARCÍA