Solo Cristo

En la predicación titulada «Solo Cristo», el predicador David Casado aborda la centralidad de Jesucristo como la revelación definitiva de Dios y la base única de la fe cristiana. Partiendo de los textos de Hebreos 1:1-2 y Juan 14:6, enfatiza que Cristo es el camino, la verdad y la vida, sin necesidad de añadidos humanos que distorsionen el mensaje del Evangelio. Además, cuestiona cómo el principio de «Solo Cristo» debe reflejarse no solo en la vida privada, sino también en la esfera pública, especialmente en la defensa de los marginados y desfavorecidos.

  • Cristo como revelación definitiva: La predicación destaca que Jesucristo es la palabra final de Dios, superior a todas las revelaciones anteriores y a cualquier tradición humana.
  • El peligro de añadir al Evangelio: Se critica la tendencia histórica de la Iglesia de añadir requisitos, como prácticas judaizantes o tradiciones, que desvían la atención de la suficiencia de Cristo.
  • Cristo como único salvador: La salvación es por gracia mediante la fe en Cristo, no por obras, ritos o méritos humanos.
  • La dimensión social del Evangelio: Se subraya que el mensaje de Cristo incluye la defensa de los pobres, marginados y extranjeros, como se ve en Lucas 4:16-21 y en las acciones de Jesús.
  • Crítica a la hipocresía religiosa: Se cuestiona la reacción violenta contra el Papa Francisco por su enfoque en la justicia social, comparándola con la actitud farisaica de quienes rechazan a los desfavorecidos.
  • Advertencia contra el nacionalismo extremo: Se alerta sobre los peligros de sublimar ideologías políticas o nacionalismos, usando como ejemplo el ascenso del nazismo en Alemania y su influencia en la Iglesia.
  • Llamado a la coherencia cristiana: Se exhorta a los creyentes a vivir de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, especialmente en el trato compasivo hacia los necesitados, como requisito ético de la fe.

La predicación concluye con un llamado urgente a seguir el ejemplo de Cristo en la defensa de los débiles y a rechazar cualquier ideología que se oponga al amor y la justicia del Reino de Dios. Se recuerda que, aunque la salvación es por gracia, los creyentes serán juzgados por su obediencia práctica a las enseñanzas de Jesús, especialmente en su trato hacia los más vulnerables. La reflexión final invita a evitar el silencio cómplice ante la injusticia, para no repetir errores históricos como los de la Iglesia alemana durante el nazismo.