La predicación aborda el primer capítulo del Génesis, no como un texto científico o un simple relato de los orígenes, sino como una profunda reflexión teológica y literaria dirigida a un contexto histórico y cultural específico. El predicador propone que el mensaje central de Génesis 1 es la presentación de un Dios creador que establece un mundo ordenado y estable, en contraste directo con las cosmoviones violentas e inestables de las naciones vecinas de Israel. Este capítulo, por tanto, va más allá de explicar el «cómo» de la creación para enfocarse en el «quién» y el «por qué», ofreciendo una base sólida para la fe y la confianza en la bondad y el gobierno de Dios sobre toda la creación.
- El Génesis 1 es una «prosa elevada» o «prosa poética» con una estructura literaria cuidadosa y simétrica, diseñada para transmitir un mensaje teológico más que una cronología científica.
- El propósito original del texto era responder a las preocupaciones de los antiguos hebreos, que vivían en un mundo precario, asegurándoles que Dios había creado un cosmos ordenado y estable.
- La repetición de la frase «según su especie» (10 veces) enfatiza la estabilidad y el orden inherente de la creación como un regalo de Dios, no como algo que debe ganarse con rituales.
- La estructura del relato se divide en dos bloques: los primeros tres días (de separación para crear espacios) y los tres siguientes (de «llenado» con ocupantes), culminando en el descanso del séptimo día.
- El relato bíblico es una polémica contra las cosmologías de los imperios circundantes, como el Enuma Elish de Babilonia, que presentaban la creación como un acto de violencia y caos entre dioses.
- El texto desacraliza la naturaleza: el sol, la luna y los «monstruos marinos» no son divinos, sino simples creaciones bajo el dominio exclusivo del Dios único.
- No hay batalla, lucha ni oposición en la creación bíblica. Dios crea por su palabra soberana, y su obra es declarada «buena» en esencia y función.
- Dios otorga autonomía a su creación, delegando en la tierra y las aguas la producción de vida, e incorporando al ser humano como colaborador en el cuidado del mundo.
- La humanidad es creada a imagen de Dios, lo que en el contexto antiguo era una declaración radical de igualdad, ya que esta dignidad era normalmente reservada solo para reyes y faraones.
- El relato es deliberadamente antiimperial y no nacionalista; la creación no ocurre en un lugar geopolítico específico (como Babilonia o Egipto), sino que es universal.
- El mandato de «dominad» la tierra (Génesis 1:28) debe entenderse como un llamado a un cuidado responsable del «hogar» que Dios regala a la humanidad, no como una licencia para la explotación destructiva.
- El séptimo día, el descanso de Dios, es un regalo para la humanidad, un modelo de ritmo de trabajo, descanso y culto, que Jesús luego confirmaría al decir que «el sábado fue hecho para el hombre».
- Intentar forzar una concordancia entre Génesis 1 y la ciencia moderna (concordismo) es un error, ya que desvía la atención del mensaje teológico central y perdurable del texto.
En conclusión, el mensaje del Génesis 1 para hoy trasciende los debates ciencia-fe. Su poder reside en presentar una visión del mundo fundamentada en la bondad, el orden y la soberanía de un Dios que crea un hogar estable para la humanidad. Este relato no solo era una crítica a las ideologías opresivas de la antigüedad, sino que sigue siendo un fundamento para una fe que confía en la provisión divina, promueve la igualdad humana y nos llama a ser administradores responsables de la creación, todo ello culminando en la enseñanza de Jesucristo.
