La luz del mundo

Hoy es el segundo domingo de adviento, 7 de diciembre.

Recordemos que la palabra adviento proviene del latín que significa “venida” y se asocia a las 4 semanas que anteceden a la Navidad. Es un tiempo de preparación para la celebración del nacimiento de Jesús. Hoy se encenderá la segunda vela de la corona de adviento, que es de color morado, para guiarnos hacia la luz Eterna e ir dejando atrás las tinieblas. Es la vela de la Paz y nos prepara para recibir a Cristo que nacerá en un sencillo portal, en Belén.

Estos días de diciembre son días de mucho ajetreo: comidas o cenas de empresa, reuniones de amigos en locales públicos, compras de regalos y alimentos para las celebraciones de los grandes días festivos que se acercan…, etc. En definitiva, son días de eterno bullicio acompañados de la intensidad lumínica de las calles y de nuestros hogares, que son adornamos también con luces en los árboles de navidad, nacimientos, en las ventanas o terrazas. Esto me lleva a pensar que el ser humano necesita la luz y que cuando no la tiene, hace todo lo posible por tenerla.

Nosotros, los creyentes, que hemos reconocido al Señor como nuestro Dios y Salvador, tenemos que tener presente que ya caminamos en la luz, que no estamos en tinieblas, ya que Jesús mismo en el Sermón del Monte nos dijo:“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder” (Mateo 5:14). Por tanto, aprovechemos estos días para poder hablar a los que tenemos cerca (amigos, compañeros de trabajo vecinos, familiares…) o aquella persona con la que compartimos conversación en un momento dado del día y hablémosles de las Buenas Nuevas, así podremos alejar a otros de las tinieblas para siempre.

Celia N.

Domingo 7 de diciembre 2025