Jóvenes

En la primera carta de Pablo a Timoteo encontramos un llamativa frase: “ninguno tenga en poco tu juventud” (1ªTimoteo 4:12). Podemos entender que refleja un problema de tiempos remotos, en los que los jóvenes casi siempre eran ninguneados en la vida pública. Es verdad que su marginación no llegaba a tanto como la de las mujeres o los esclavos, pero lo cierto es que eran los señores ya mayores quienes tomaban las decisiones importantes de las comunidades, tanto en las seculares como en las religiosas, tanto en la cultura judía como en la grecorromana. A los jóvenes no les correspondía ni enseñar ni opinar, sino ver, oír, callar y aprender.