Hay personas que hablan sin cesar, no importa qué, el caso es hablar y hablar. Hay otras, sin embargo, que son parcas a la hora de expresarse. Tanto las unas como las otras, pueden edificar o destruir cuando hablan. Proverbios nos dice, que las palabras pronunciadas por algunas personas, son como golpes de espada, son hirientes llegando a rozar la calumnia y la difamación. Golpes de espada dice este versículo y lógicamente eso produce heridas profundas que tardan tiempo en cicatrizar. Sin embargo, la segunda parte de éste versículo expresa lo contrario. Este versículo nos muestra la realidad de la vida, personas que hablan y en su hablar, unas edifican, palabras sanadoras y otras destruyen, palabras que hieren.